Texto
extraído de Pequeños Universos.
El siguiente reportaje fue conducido por dos periodistas (que
aquí no se identifican) en el texto publicado en lengua japonesa: Aikido por Kisshomaru Ueshiba,
Tokyo, Kowado, 1957, páginas 198-219.
Traducción del japonés al inglés por Stanley Pranin y Katsuaki Terasawa (disponible en http://www.aikidofaq.com/interviews/interviews.html).
Versión en castellano por Carlos Leiva y Pequeños Universos.
Los entrevistadores serán indicados de aquí en adelante como A y B.
A: Cuando yo era estudiante, nuestro
profesor de filosofía nos mostró un retrato de un famoso filósofo y estoy
asombrado por el parecido que tiene con Ud., Sensei.
Osensei: Ya veo. Quizás yo
debería haberme dedicado al campo de la filosofía. Mi costado espiritual está
más enfatizado que el físico.
B: Se dice que el Aikido es muy diferente
del Karate y del Judo.
Osensei: En mi opinión, puede decirse que es el
verdadero arte marcial, porque está basado sobre la verdad universal. El
universo se compone de muchas diferentes partes, y aun así, el universo como un
todo está unido como una familia y simboliza el último estado de paz.
Sosteniendo tal visión del universo, Aikido no puede ser otra cosa que un arte
marcial del amor, nunca de violencia. Por esta razón, puede decirse que el
Aikido es otra manifestación del Creador del universo. En otras palabras,
Aikido es como un gigante (inmenso en su naturaleza). En Aikido, cielo y tierra
se convierten en los campos de entrenamiento. El estado de la mente del
aikidoka debe ser pacífico y totalmente no violento. Es decir que es un estado
especial de la mente que transforma la violencia en armonía. Yo creo que este
es el verdadero espíritu de las artes marciales japonesas. Se nos ha dado esta
tierra para que la transformemos en un paraíso terrenal. Las hostilidades están
completamente fuera de lugar.
A: Entonces es muy diferente de las artes
marciales tradicionales.
Osensei: Por cierto, así es.
Si miramos tiempo atrás, vemos cómo se ha abusado de las artes marciales.
Durante el período Sengoku (1482-1558 – Sengoku significa “países en guerra”)
los Señores feudales utilizaban las artes marciales como una herramienta de
combate al servicio de sus propios intereses y para satisfacer su codicia. Lo
cual creo que es totalmente inapropiado. Cuando yo mismo enseñaba artes
marciales para ser usadas con el propósito de matar a otros soldados durante la
guerra, me quedaba profundamente consternado una vez terminado el conflicto.
Eso me llevó a descubrir el verdadero espíritu del Aikido siete años atrás,
cuando concebí la idea de construir un cielo en la tierra. La razón por la cual
llegué a esta conclusión fue porque a pesar que el cielo y la tierra (en
términos del universo físico) han llegado a un estado de perfección y son
relativamente estables en su evolución, la humanidad (en particular el pueblo
japonés) parece estar en un estado de crisis. En primer lugar, debemos cambiar
esta situación. Darse cuenta de esta misión es el camino de la evolución
universal de la humanidad. Cuando yo tomé conciencia de esto, concluí que el
verdadero estado del Aikido es amor y armonía. Por lo cual, el “Bu” (marcial)
en Aikido es la expresión del amor. Yo estuve estudiando el Aikido para servir
a mi país. Así, el espíritu del aikido sólo puede ser amor y armonía. El Aikido
nació en concordancia con los principios y procesos del universo. Por lo tanto,
es un Budo (arte marcial) de victoria absoluta.
B: Por favor, háblenos sobre
los principios del Aikido. El público en general considera al Aikido algo
místico como el Ninjutsu, desde que Ud., Sensei, derribó enormes oponentes a la
velocidad del rayo y ha levantado objetos que pesan cientos de kilos.
O Sensei: Solo parece ser místico. En aikido
utilizamos completamente la fuerza del contrario. Por lo tanto, cuando más
fuerza usa el oponente más fácil es para Ud.
B: Entonces, en ese sentido, también existe
Aiki en Judo, ya que uno se sincroniza con el ritmo de su oponente. Si él tira,
uno empuja, si el empuja, uno tira. Uno lo mueve de acuerdo a este principio
haciéndole perder su balance y aplicando una técnica.
Osensei: En
Aikido no existe ningún ataque. Atacar significa que nuestro espíritu ya ha
perdido. Nosotros adherimos al principio de absoluta no-resistencia; es decir,
que no nos oponemos al atacante. Por lo cual, no existe el rival en Aikido. La
victoria en Aikido es masakatsu y agatsu, ya que armonizando con todas la cosas
en concordancia con nuestra misión celestial, se posee una fuerza absoluta.
B: ¿Eso significa “ō no sen”? (También
llamado “go no sen”. Este término se refiere a una última respuesta a un
ataque.)
Osensei: No, en absoluto. No es una cuestión de
sensen no sen o sen no sen. Si tuviese que tratar de explicarlo con palabras,
diría que Ud. controla a su oponente sin intentar controlarlo. Ese es el estado
de victoria permanente. No es una cuestión de ganar o perder contra alguien. En
este sentido, no hay oponente en Aikido. Aún teniendo un oponente, él se
convierte en parte de Ud. mismo, una pareja que únicamente Ud. controla.
B: ¿Cuántas técnicas existen en Aikido?
Osensei: Hay cerca de 3.000 técnicas básicas, y cada una
de ellas tiene 16 variaciones; por lo tanto, hay muchos miles. Dependiendo de
la situación, se crean nuevas técnicas.
Osensei: A los 14 o 15 años. Primero aprendí Tenjin Shin’yō-ryū
Jujutsu con Tozawa Tokusaburo Sensei, luego Kitō-ryū, Yagyū Shingan-ryū,
Aioi-ryū, Shinkage-ryū; todas ellas son formas de Jujutsu. Sin embargo, yo
creía que podría haber una verdadera forma de Budo en alguna parte. Probé
Hōzōin-ryū Sōjutsu y Kendo. Pero todas estas artes corresponden a formas de
combate de uno contra uno y no pudieron satisfacerme. Entonces visité muchos
lugares del país buscando el Camino y entrenando, pero todo fue en vano.
A: ¿Es ese el entrenamiento ascético del guerrero?
Osensei: Sí, la búsqueda del verdadero Budo. Cuando yo solía
ir a otras escuelas nunca desafiaba al Sensei del dojo. El que tiene la
responsabilidad de estar a cargo de un dojo debe afrontar muchas cosas, por lo
que le es muy difícil mostrar su verdadera habilidad. Yo le brindaba el
apropiado respeto y aprendía de él. Si me consideraba a mí mismo superior, nuevamente
le transmitía mi respeto y volvía a mi casa.
B: ¿Entonces Ud no aprendió Aikido desde el
principio? ¿Cuándo empezó el Aikido cómo tal?
Osensei: Como dije antes, fui a muchos lugares a buscar
el verdadero Budo. Cuando tenía cerca de 30 años de edad, me establecí en
Hokkaidō. En una ocasión, mientras me alojaba en Hisada Inn, Engaru, en la
provincia de Kitami, conocí a Takeda Sōkaku, miembro del clan Aizu. Él enseñaba
Daitō-ryū jujutsu. Durante los 30 días que estuve aprendiendo con él, sentí
algo como una especie de inspiración. Luego, invité a este maestro a mi casa y,
junto con 15 ó 16 de mis empleados, me dediqué a estudiar la esencia del Budo.
B: ¿Descubrió el Aikido mientras aprendía Daitō-ryū
con Takeda Sōkaku?
Osensei: No, sería más exacto decir que Takeda Sōkaku
abrió mis ojos hacia el Budo.
A: ¿Entonces hubo alguna circunstancia especial
alrededor de su descubrimiento del Aikido?
Osensei: Sí, ocurrió de la siguiente forma. Mi padre se
enfermó gravemente en 1918. Yo le pedí a Takeda Sensei permiso para partir y
emprendí el viaje a mi hogar paterno. En el camino a casa, alguien me dijo que
si uno iba a Ayabe (cerca de Kyoto) y dedicaba una plegaria, cualquier
enfermedad sería curada. Entonces, fui allí y lo conocí a Deguchi Onisaburo.
Más tarde, cuando llegué a mi casa, mi padre ya había fallecido. A pesar que
había estado con Deguchi sólo una vez, decidí mudarme a Ayabe con mi familia y
terminé quedándome hasta el final del período de Taisho (alrededor de 1925).
Sí, en aquella época tenía alrededor de 40 años. Un día, yo me estaba secando
al lado del aljibe y, súbitamente, una cascada destellante de un brillo dorado
y cegador bajó del cielo, envolviendo mi cuerpo que inmediatamente comenzó a
hacerse más y más grande, alcanzando el tamaño del universo entero. Mientras
aún estaba abrumado por esta experiencia, de repente me di cuenta de que uno no
debería pensar en ganar. La forma del Budo tiene que ser el amor. Aikido es
eso, y esta es la antigua forma de la postura en Kenjutsu. Después de esta
revelación, yo estaba en un estado de felicidad suprema y no pude reprimir las
lágrimas.¹
B: Entonces, en el Budo, no es bueno ser fuerte. Ya
que desde tiempo remoto se ha enseñado la unificación de “Ken” y “Zen”. Más
aún, la esencia del Budo no puede ser comprendida sin vaciar la mente. En ese
estado, lo correcto o lo incorrecto no tienen significado.
Osensei: Como ya lo he dicho antes, la esencia del Budo es
el Camino de masakatsu y agatsu.
B: Escuché una historia en la que Ud. se vio envuelto
en un combate con unos 150 individuos.
Osensei: ¿Sí? Como yo lo recuerdo, Deguchi Sensei fue a
Mongolia en 1924 con el propósito de lograr su meta de una gran comunidad
asiática en línea con la política nacional. A su pedido, yo lo acompañaba, aún
habiendo sido llamado a entrar al Ejército Nacional. Nosotros viajábamos a
través de Mongolia y Manchuria. En este último territorio nos topamos con un
grupo de bandidos a caballo que comenzaron a dispararnos con armas de fuego. Yo
devolví los disparos con un Máuser. Mientras corría al galope hacia ellos, me
metí en medio del grupo atacándolos intensamente y se dispersaron. Así logré
escapar de ese peligro.
A: Sensei, entiendo que Ud. tiene numerosas
conexiones con Manchuria. ¿Permaneció mucho tiempo allí?
Osensei: Desde aquel incidente he estado en Manchuria
bastante seguido. Yo era un asesor en artes marciales para la organización
Shimbuden y la Universidad Kenkyoku, razón por la cual era bien recibido.
B: Hino Ashihei escribió una historia llamada “Oja
no Za”, en Shosetsu Shincho, en la cual se refiere al período de juventud de
Tenryū Saburō, rebelde del mundo del Sumo, y su encuentro con el arte marcial
del Aikido y su verdadero espíritu. ¿Estuvo Ud. involucrado en esa historia,
Sensei?
Osensei: Sí.
B: ¿Entonces, eso significa que estuvo
relacionado con Tenryū por algún tiempo?
Osensei: Sí. Él estuvo en mi casa por cerca de
tres meses.
B: ¿Fue en Manchuria?
Osensei: Sí. Lo conocí cuando estábamos haciendo
la gira por la celebración del décimo aniversario de la constitución del
gobierno de Manchuria. En el festival había un hombre muy apuesto al que mucha
gente señalaba con comentarios tales como: “Este Sensei tiene una fuerza
tremenda, ¿qué tal si Ud. se mide contra él?” Yo le pregunté a alguien que
estaba a mi lado quién era esta persona, y me explicó que él era el famoso
Tenryū que se había retirado de la Asociación de Luchadores de Sumo. Entonces
me lo presentaron. Finalmente, terminamos confrontando fuerzas. Yo me senté y
le dije a Tenryū: “Por favor, empújeme. Empuje fuerte, no hay necesidad de
contenerse”. Como yo conocía el secreto del Aikido, no me pudo mover un
centímetro. Tenryū parecía muy sorprendido. Como resultado de esa experiencia,
se convirtió en un alumno de Aikido. Él era un buen hombre.
Osensei: Sí, por bastante tiempo. Comencé en 1927
o 1928. Por un período de alrededor 10 años fui profesor part-time en la
Academia Naval.
B: ¿Entrenó soldados en la época en que Ud.
estaba enseñando en la Academia Naval?
Osensei: He enseñado para los
militares con bastante frecuencia, comenzando con la Academia Naval alrededor
de 1927-28. Alrededor de 1932 o 1931, inicié una clase de artes marciales para
el Ejército en la Escuela Toyama. En 1941-42 enseñé Aikido a los alumnos de la
Academia de la Policía Militar. En otra ocasión, también di una exhibición de
Aikido invitado por el General Toshie Maeda, Superintendente de la Academia
Militar.
B: Mientras estuvo enseñando a los soldados,
debe haber habido unos cuantos tipos rudos y algunas historias.
Osensei: Sí, una vez yo fui emboscado.
B: ¿Eso fue porque ellos consideraban que
Ud., como maestro, les exigía demasiado?
Osensei: No, no fue eso. Fue
para probar mi fuerza. Era la época en que empecé a enseñar Aikido a la policía
militar. Una tarde, mientras iba caminando por los campos de entrenamiento,
sentí que algo extraño estaba ocurriendo, como algo que se estaba gestando.
Súbitamente, de atrás de los arbustos y de los bajos del terreno, de todas
direcciones aparecieron soldados que me rodearon. Luego, ellos comenzaron a
atacarme con espadas y rifles de madera. Pero como yo estaba acostumbrado a esa
clase de cosas, no me preocupé en absoluto. Cada vez que trataban de golpearme
yo giraba mi cuerpo para uno y otro lado y ellos caían fácilmente adonde yo los
dirigía. Al final todos terminaron exhaustos. En última instancia, el mundo
está lleno de sorpresas. El otro día me encontré con uno de los hombres que me
atacaron. Yo soy asesor de la Policía Militar de la Prefectura de Wakayama.
Durante un reciente encuentro, uno de los asistentes me reconoció y se me
acercó con una amplia sonrisa. Después de conversar unos minutos, yo recordé
que era uno de los que me había atacado aquel día muchos años atrás. Mientras
se rascaba la cabeza, me relató lo siguiente: “Yo estoy muy apenado por aquel
incidente. Ese día nosotros estuvimos hablando del nuevo profesor de Aikido, si
era o no realmente fuerte. Un grupo de nosotros, del tipo policía militar de
sangre caliente, seguimos discutiéndolo y decidimos probar al nuevo maestro.
Unos 30 hombres acechamos esperándolo. Luego quedamos completamente asombrados
de que 30 hombres decididos no pudimos hacer nada contra su fuerza.”
A: ¿Hubo algunos episodios cuando Ud. estaba
en la escuela Toyama?
Osensei: ¿Competencias de fuerza? Creo que hubo un
incidente antes del episodio con la Policía Militar. Varios capitanes que eran
instructores en la escuela Toyama me invitaron a probar mi fuerza contra ellos.
Ellos estaban orgullosos de sus habilidades y decían cosas como: “Yo levanté
tal y tal peso” o “Yo quebré un tronco de un diámetro de tantas pulgadas”. Les
expliqué: yo no tengo una fuerza como la de Uds., aunque puedo tirar gente como
Uds. sólo con mi dedo meñique. Pero me daría pena si los derribo; entonces,
hagamos lo siguiente: extendí mi brazo derecho y apoyé mi dedo índice en el
borde de un escritorio invitándolos a cargar su peso apoyando su abdomen sobre
mi brazo. Uno, dos, tres oficiales se subieron a mi brazo, y todos abrían los
ojos de par en par. Continuamos hasta que seis hombres yacían sobre mi brazo, y
entonces le pedí un vaso de agua al oficial que estaba más cerca de mí.
Mientras yo bebía el agua con mi mano izquierda todos intercambiaban miradas en
silencio.
B: Aparte del Aikido, Ud. debe tener una
fuerza física tremenda…
Osensei: No realmente.
Kisshomaru Ueshiba: Por supuesto que él tiene fuerza, pero
debería describirse como el poder del Ki más que como fuerza física. Tiempo
atrás, cuando nos estábamos mudando a un nuevo lugar en el país, vimos siete u
ocho campesinos tratando en vano de levantar un enorme raigón de un árbol. Mi
padre estuvo un momento mirando y les dijo que se apartaran, que él haría un
intento. Luego levantó el tronco fácilmente y lo corrió del camino. Es
totalmente inconcebible hacer eso sólo con fuerza física. También hubo una
historia que involucró a un tal Mihamanada.
B: ¿Se trata del mismo
Mihamanada² de la Asociación de Sumo Takasago Beya?
Osensei: Sí. Él era de la
provincia de Kishu. Cuando yo estaba en Shingu, Wakayama, Mihamanada era un
luchador de Sumo altamente calificado. Él tenía una fuerza tremenda y podía
levantar hasta tres vigas que pesaban cientos de kilos. Cuando me enteré que
Mihamanada estaba en el pueblo, lo invité a mi casa. Mientras hablábamos,
Mihamanada dijo: “Yo también he oído que Ud., Sensei, posee una gran fuerza.
¿Qué le parece si probamos nuestras fuerzas?” “Muy bien. Yo puedo inmovilizarlo
con mi dedo índice únicamente”, le respondí. Entonces le permití empujarme
mientras me hallaba sentado. Este individuo, capaz de levantar un enorme peso,
resopló y protestó pero no logró moverme. Después de lo cual, yo redirigí su
fuerza lejos de mí y salió proyectado. Como cayó, lo presioné con mi dedo
índice manteniéndolo totalmente inmovilizado. Era como si un adulto
inmovilizara a un bebé. Luego le sugerí que tratara de nuevo pero empujando
contra mi frente. Tampoco pudo moverme en absoluto. Entonces extendí mis
piernas hacia adelante y, balanceándome, las levanté por encima del piso y le
hice empujarme. Ni así pudo moverme. Él estaba sorprendido y comenzó a estudiar
Aikido.
A: Cuando Ud. dice que inmoviliza a una
persona con un solo dedo, ¿lo está empujando en un punto vital?
Osensei: Yo trazo un círculo
a su alrededor. Su fuerza está contenida dentro de ese círculo. No importa lo
fuerte que sea ese hombre, él no puede extender su poder fuera de ese círculo.
Se queda sin poder alguno. Así, si Ud. inmoviliza a su oponente mientras se
halle fuera de su círculo, puede sostenerlo con su dedo índice o su dedo
meñique. Eso es posible porque su oponente ya se ha quedado sin ninguna fuerza.
B: Una vez más, es una cuestión de física.
En Judo también, cuando uno proyecta o inmoviliza a un oponente, Ud. se ubica
en la misma posición. Uno se mueve de varias maneras y trata de ubicar a su
oponente en una posición determinada.
A: ¿Su esposa es también de la Prefectura de
Wakayama?
Osensei: Sí, su apellido
paterno en Wakayama era Takeda.
A: La familia Takeda está muy
asociada a las artes marciales.
Osensei: Se podría decir eso.
Mi familia ha sido leal a la Casa Imperial por muchas generaciones. Y hemos
sido totalmente entusiastas en nuestro apoyo. Por cierto, mis ancestros
abandonaron propiedades y fortuna poniéndose al servicio de la Familia
Imperial.
B: Sensei: dado que Ud. se ha estado mudando
a distintos lugares desde la época en que era joven, eso debe de haber sido
difícil para su esposa.
Osensei: Como yo estaba muy
ocupado, no tenía mucho tiempo libre para estar en mi casa.
B: ¿Cuál es una adecuada edad
para comenzar la práctica de Aikido?
Kissshomaru Ueshiba: Se puede empezar alrededor de los 7 u 8 años pero, idealmente, un entrenamiento estricto debería empezar a los 15 o 16. Desde el punto de vista físico, el cuerpo y la estructura ósea se hacen algo más fuertes a esa edad. Además, el Aikido contiene muchos aspectos espirituales (por supuesto que también ocurre esto con otras formas de Budo) y a esa edad recién uno comienza a adquirir una visión del mundo y de la naturaleza del Budo. En síntesis, yo diría que 15 o 16 años es una buena edad para comenzar el estudio de Aikido.
B: Comparado con el Judo, hay pocas ocasiones en que uno forcejea con su oponente en Aikido, dado que no se requiere mucha fuerza física. Además, se pueden manejar no sólo uno sino varios oponentes a la vez. Es realmente ideal como Budo. En ese aspecto, ¿hay también muchos tipos agresivos que se acerquen a estudiar Aikido?
Kissshomaru Ueshiba: Por supuesto, también se anota esa clase de individuos. Pero cuando este tipo de personas estudia Aikido con la intención de usarlo como un medio de combate, no perduran mucho. El Budo no es como bailar o mirar una película. Llueva o brille el sol, debemos practicar todos los días de nuestra vida para progresar. Aikido, en particular, es como un entrenamiento espiritual que se practica utilizando una forma de Budo. Nunca puede ser desarrollado como una herramienta por aquellos que lo usarían para pelear. Por otra parte, las personas que se inclinan hacia la violencia cambian de comportamiento cuando aprenden Aikido.
B: Entiendo. A través del entrenamiento constante, ellos dejan de actuar como rufianes.
Osensei: Como el Aikido no es un Bu (método marcial) de violencia sino más bien un arte marcial de amor, uno no se maneja violentamente. Se convierte al agresivo de una forma amable. Ellos no pueden seguir comportándose como rufianes por mucho tiempo.
B: Ya veo. No se trata de controlar violencia con violencia, sino de transformarla en amor.
A: ¿Qué es lo que enseña como los primeros fundamentos de Aikido? En Judo, uno aprende ukemi (caídas)…
Kissshomaru Ueshiba: Primero, los desplazamientos del cuerpo (taisabaki); luego, el flujo del Ki…
A: ¿Qué es el flujo del Ki?
Kissshomaru Ueshiba: En Aikido, entrenamos en forma constante para controlar el Ki del compañero por medio del libre movimiento de nuestro Ki, conduciendo al otro dentro de nuestro propio movimiento. Luego, practicamos cómo girar nuestro cuerpo. Hay que mover no sólo el torso sino también las piernas y los brazos, todo junto. Entonces, todo el cuerpo se desliza unificado.
Kissshomaru Ueshiba: Por supuesto, también se anota esa clase de individuos. Pero cuando este tipo de personas estudia Aikido con la intención de usarlo como un medio de combate, no perduran mucho. El Budo no es como bailar o mirar una película. Llueva o brille el sol, debemos practicar todos los días de nuestra vida para progresar. Aikido, en particular, es como un entrenamiento espiritual que se practica utilizando una forma de Budo. Nunca puede ser desarrollado como una herramienta por aquellos que lo usarían para pelear. Por otra parte, las personas que se inclinan hacia la violencia cambian de comportamiento cuando aprenden Aikido.
B: Entiendo. A través del entrenamiento constante, ellos dejan de actuar como rufianes.
Osensei: Como el Aikido no es un Bu (método marcial) de violencia sino más bien un arte marcial de amor, uno no se maneja violentamente. Se convierte al agresivo de una forma amable. Ellos no pueden seguir comportándose como rufianes por mucho tiempo.
B: Ya veo. No se trata de controlar violencia con violencia, sino de transformarla en amor.
A: ¿Qué es lo que enseña como los primeros fundamentos de Aikido? En Judo, uno aprende ukemi (caídas)…
Kissshomaru Ueshiba: Primero, los desplazamientos del cuerpo (taisabaki); luego, el flujo del Ki…
A: ¿Qué es el flujo del Ki?
Kissshomaru Ueshiba: En Aikido, entrenamos en forma constante para controlar el Ki del compañero por medio del libre movimiento de nuestro Ki, conduciendo al otro dentro de nuestro propio movimiento. Luego, practicamos cómo girar nuestro cuerpo. Hay que mover no sólo el torso sino también las piernas y los brazos, todo junto. Entonces, todo el cuerpo se desliza unificado.
B: Cuando uno observa las clases de Aikido,
los practicantes parecen caer naturalmente. ¿Qué clase de práctica hacen para
el ukemi?
Kissshomaru Ueshiba: Mientras que en el Judo se forcejea con
el oponente, en Aikido casi siempre se mantiene una distancia. Eso hace posible
una forma más libre de ukemi. En vez de caer con impacto como en Judo, hacemos
caídas circulares, una forma muy natural de ukemi. Así, nosotros practicamos
esos cuatro elementos con mucha dedicación.
B: Por lo tanto, Uds. practican tai no
sabaki (movimientos del cuerpo), Ki no nagare (flujo del Ki), tai no tenkan ho
(giros del cuerpo), ukemi y entonces comienzan a practicar técnicas. ¿Qué tipo
de técnicas se enseñan primero?
Kissshomaru Ueshiba: Shiho nage, una técnica para arrojar a un
atacante en muchas direcciones distintas. Esto se hace de la misma manera que
en la técnica de la esgrima. Por supuesto, también usamos bokken. Como ya lo he
dicho antes, en Aikido el atacante se transforma en parte de nuestro movimiento
y podemos dirigirlo, libremente y a nuestra voluntad. Eso es lo que ocurre
naturalmente cuando se practica con cualquier medio que se tenga disponible,
como una vara o una espada de madera; estos se convierten en parte suya como si
fueran su brazo o su pierna propios. Por lo tanto, en Aikido, lo que Ud. está
sosteniendo deja de ser un mero objeto para convertirse en una extensión de su
propio cuerpo.
Luego sigue Iriminage. En esta técnica, Ud. entra justo en el
momento en que su oponente trata de golpearlo, y en ese instante hay dos o tres
atemi. Por ejemplo, el oponente ataca al costado de su cara con su puño o el
canto de la mano (tegatana). Utilizando la fuerza de su oponente, Ud. se corre
hacia atrás, a la izquierda, mientras guía la mano derecha del atacante con
ambas manos extendidas, siguiendo la dirección de su movimiento. Entonces,
sosteniendo la mano del atacante la lleva hacia su cabeza en un movimiento
circular. Luego, él cae, con la mano envolviendo su cabeza. Esto es también el
flujo del Ki. Hay varias teorías sofisticadas sobre este punto. El atacante
queda totalmente sin fuerza o, más bien, la fuerza del oponente es guiada en la
dirección que Ud. quiera llevarla. Por lo cual, cuanto mayor es la fuerza que
trae el que ataca, más fácil es para Ud. Por otra parte, si lucha con la fuerza
de su oponente, nunca puede tener la esperanza de ganar contra una persona muy
fuerte.
Osensei. En
Aikido uno nunca va contra la fuerza del atacante. Cuando él ataca con un golpe
o un corte con una espada, existe esencialmente una línea o un punto. Todo lo
que hay que hacer es evitarlos.
Kissshomaru Ueshiba: Luego practicamos las siguientes
técnicas: Ikkyo (en suwari waza) de un ataque en shomenuchi; Nikkyo, técnicas
combinadas y de retención, y muchas más…
B: Aikido contiene muchos elementos
espirituales. ¿Cuánto tiempo tomaría adquirir un conocimiento básico desde el
inicio de la práctica?
Kissshomaru Ueshiba: Teniendo en cuenta que hay gente que
tiene mayor o menor coordinación, no se puede dar una regla general, pero
cuando alguien practica por unos tres meses comienza a tener una idea de lo que
es Aikido. Si se llega a los seis meses, entonces va a continuar por tiempo
indefinido. Aquellos que sólo tienen un interés superficial, lo dejarán antes
de los tres meses.
B: Entiendo que va a haber exámenes para
Shodan el 28 de este mes. ¿Cuántos cinturones negros hay actualmente?
Kissshomaru Ueshiba: El rango más alto es 8vo. dan, y hay 4 de
ellos; también hay 6 séptimos danes. Primeros danes hay muchos pero, por
supuesto, estas cifras sólo incluyen a aquellos que se han contactado con Honbu
Dojo después de la guerra.
B: Entiendo también que hay mucha gente que
practica Aikido en otros países.
Kissshomaru Ueshiba: Mr. Tohei ha visitado Hawaii y Estados
Unidos con el propósito de enseñar Aikido. Hawaii es el lugar más popular para
el Aikido; allá hay 1200 o 1300 practicantes. Este número, para Hawaii, sería
equivalente a 70.000 u 80.000 Aikidokas en Tokyo. También hay algunos
cinturones negros en Francia. Hay un francés que comenzó a estudiar Aikido
después de lesionarse practicando Judo. Él quería experimentar el espíritu de
Aikido pero no pudo lograr esto en Francia. Sintió que para buscar el verdadero
espíritu del Aikido tenía que ir al lugar donde nació este arte y así explicó
la razón por la cual vino a Japón. El embajador de Panamá también es un
estudiante de Aikido, pero parece que el clima de Japón es muy frío para él y
no practica en invierno. Hay una mujer llamada Onada Haru que fue a Roma a
estudiar escultura, estuvo viniendo al dojo desde que era alumna de la Escuela
de Arte de Tokyo. Hace poco recibí una carta de ella en la que me contaba que
encontró un italiano que practica Aikido y la trata muy bien.
Osensei: Los puntos esenciales son masakatsu,
agatsu y katsuhayabi. Como ya lo he dicho antes, masakatsu significa “victoria
correcta” y agatsu “triunfar de acuerdo con la misión celestial que se nos ha
asignado”. Katsuhayabi significa “el estado mental de rápida victoria”.
A: El Camino es largo, ¿verdad?
Osensei: El Camino del Aiki es infinito. Yo tengo
76 años ahora, pero aún continúo mi búsqueda. No es tarea fácil enseñar el
Camino en el Budo o las artes. En Aikido se debe comprender cada fenómeno del
universo. Por ejemplo, la rotación de la Tierra y el más intrincado y lejano
sistema del universo. Es un entrenamiento para toda la vida.
B: Si Aiki son las enseñanzas de Kami (Dios) tanto
como el camino marcial, entonces, ¿qué es el espíritu del Aikido?
Osensei: Aikido es Ai (amor). Uno desarrolla en su
corazón este gran amor por el universo y entonces debe tomar como su propia
misión la protección y el amor por todas las cosas. Para cumplir esta misión
tiene que estar en el verdadero Budo. Verdadero Budo significa triunfar sobre
nuestro ego y eliminar del corazón la hostilidad hacia el enemigo. Es una forma
de auto-perfeccionamiento por la cual el concepto de enemigo es eliminado. La
técnica de Aiki es entrenamiento ascético y un camino a través del cual se
llega a un estado de unificación de cuerpo y espíritu por la realización del
principio celestial.
B: Entonces, ¿Aiki es el camino hacia la paz mundial?
Osensei: La meta última del Aiki es la creación de un
paraíso en la tierra. En cualquier caso, el mundo entero debería estar en
armonía. Entonces no tendremos necesidad de bombas atómicas y de hidrógeno. El
mundo puede ser confortable y agradable.
¹ En el libro “Paz Abundante. La
biografía de Morihei Ueshiba, fundador del Aikido” (John Stevens – 1987 –
versión española de 1998, publicada por Editorial Kairós) se narra el episodio
de la revelación de Osensei como sigue: “En la primavera de 1925, Morihei, a
los cuarenta y dos años, fue transformado por una visión divina. Con los años,
Morihei dio diversas versiones del suceso, y al hacerse mayor parece ser que
poco a poco fue integrando en uno solo algunos de esos incidentes hasta que
formó esta versión final:
Un
día, un oficial de la marina que visitaba Ayabe retó a Morihei a un combate de kendo. Morihei aceptó, pero desarmado. Naturalmente, el
oficial, un esgrimista de alto nivel, se ofendió por aquel insulto a su
habilidad y se lanzó furiosamente sobre Morihei. Este esquivó con facilidad sus
repetidos ataques y fintas. Cuando, al fin, el exhausto oficial se dio por
vencido, le preguntó por su secreto.
-En el momento en que ibas a atacarme,
un rayo de luz brillaba ante mis ojos, revelándome la dirección del ataque –le
respondió Morihei.
Después
de la lucha, Morihei salió al jardín para lavarse el sudor de la cara y las
manos con agua del pozo. De repente, comenzó a temblar y se sintió
inmovilizado. La tierra empezó a temblar bajo sus pies y quedó bañado por rayos
de pura luz que descendían del cielo. Una niebla dorada sumergió su cuerpo,
desvaneciendo su pobre concepto de sí mismo, y tomó la forma de un Ser Dorado.
Percibió la estructura interna del cosmos y, más tarde, percibió: “¡Yo soy el
Universo!”. Las barreras entre el mundo material, el oculto y el divino
desaparecieron, y al momento Morihei vio que el corazón del budo no era la contención sino el amor que ayuda y
protege todas las cosas.
Esta experiencia abrumadora estaba
claramente relacionada con sus creencias de la Ōmoto-kyō; la “unificación con
lo Divino” era un pilar central de su fe y Morihei estaba expresando su
tremenda transformación con el único lenguaje que sabía. No importa que tomemos
las palabras de Morihei en su sentido más “racional” para explicar su
iluminación como el resultado de un esfuerzo supremo, una fuerza sobrehumana o
una capacidad natural: a partir de entonces, Morihei fue sin duda otro hombre.
Su sexto sentido de anticipación estaba totalmente desarrollado, y ahora era invencible
como maestro en artes marciales.
² En la traducción al inglés se afirma
que este rikishi (sumoka profesional) se llamaba “Mihamahiro”; sin embargo, no
hay datos que indiquen la veracidad de ello. Pudo haber sido producto de una
transcripción errónea de los kanjis del shikona (apodo/nombre de ring o
guerra). Todo indicaría, según fechas y datos históricos del Sumo, que se
llamaba “Mihamanada”, proveniente de la Prefectura de Mie, y que sí pertenecía
a la Takasago Beya.
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