miércoles, 1 de julio de 2015

Entrevista con Morihei Ueshiba Osensei y Kisshomaru Ueshiba

Texto extraído de Pequeños Universos.



 El siguiente reportaje fue conducido por dos periodistas (que aquí no se identifican) en el texto publicado en lengua japonesa: Aikido por Kisshomaru Ueshiba, Tokyo, Kowado, 1957, páginas 198-219.
Traducción del japonés al inglés por Stanley Pranin y Katsuaki Terasawa (disponible en http://www.aikidofaq.com/interviews/interviews.html).
Versión en castellano por Carlos Leiva y Pequeños Universos.

Los entrevistadores serán indicados de aquí en adelante como A y B.

A: Cuando yo era estudiante, nuestro profesor de filosofía nos mostró un retrato de un famoso filósofo y estoy asombrado por el parecido que tiene con Ud., Sensei.

Osensei: Ya veo. Quizás yo debería haberme dedicado al campo de la filosofía. Mi costado espiritual está más enfatizado que el físico.

B: Se dice que el Aikido es muy diferente del Karate y del Judo.

Osensei: En mi opinión, puede decirse que es el verdadero arte marcial, porque está basado sobre la verdad universal. El universo se compone de muchas diferentes partes, y aun así, el universo como un todo está unido como una familia y simboliza el último estado de paz. Sosteniendo tal visión del universo, Aikido no puede ser otra cosa que un arte marcial del amor, nunca de violencia. Por esta razón, puede decirse que el Aikido es otra manifestación del Creador del universo. En otras palabras, Aikido es como un gigante (inmenso en su naturaleza). En Aikido, cielo y tierra se convierten en los campos de entrenamiento. El estado de la mente del aikidoka debe ser pacífico y totalmente no violento. Es decir que es un estado especial de la mente que transforma la violencia en armonía. Yo creo que este es el verdadero espíritu de las artes marciales japonesas. Se nos ha dado esta tierra para que la transformemos en un paraíso terrenal. Las hostilidades están completamente fuera de lugar.

A: Entonces es muy diferente de las artes marciales tradicionales.

Osensei: Por cierto, así es. Si miramos tiempo atrás, vemos cómo se ha abusado de las artes marciales. Durante el período Sengoku (1482-1558 – Sengoku significa “países en guerra”) los Señores feudales utilizaban las artes marciales como una herramienta de combate al servicio de sus propios intereses y para satisfacer su codicia. Lo cual creo que es totalmente inapropiado. Cuando yo mismo enseñaba artes marciales para ser usadas con el propósito de matar a otros soldados durante la guerra, me quedaba profundamente consternado una vez terminado el conflicto. Eso me llevó a descubrir el verdadero espíritu del Aikido siete años atrás, cuando concebí la idea de construir un cielo en la tierra. La razón por la cual llegué a esta conclusión fue porque a pesar que el cielo y la tierra (en términos del universo físico) han llegado a un estado de perfección y son relativamente estables en su evolución, la humanidad (en particular el pueblo japonés) parece estar en un estado de crisis. En primer lugar, debemos cambiar esta situación. Darse cuenta de esta misión es el camino de la evolución universal de la humanidad. Cuando yo tomé conciencia de esto, concluí que el verdadero estado del Aikido es amor y armonía. Por lo cual, el “Bu” (marcial) en Aikido es la expresión del amor. Yo estuve estudiando el Aikido para servir a mi país. Así, el espíritu del aikido sólo puede ser amor y armonía. El Aikido nació en concordancia con los principios y procesos del universo. Por lo tanto, es un Budo (arte marcial) de victoria absoluta.

B: Por favor, háblenos sobre los principios del Aikido. El público en general considera al Aikido algo místico como el Ninjutsu, desde que Ud., Sensei, derribó enormes oponentes a la velocidad del rayo y ha levantado objetos que pesan cientos de kilos.

O Sensei: Solo parece ser místico. En aikido utilizamos completamente la fuerza del contrario. Por lo tanto, cuando más fuerza usa el oponente más fácil es para Ud.

B: Entonces, en ese sentido, también existe Aiki en Judo, ya que uno se sincroniza con el ritmo de su oponente. Si él tira, uno empuja, si el empuja, uno tira. Uno lo mueve de acuerdo a este principio haciéndole perder su balance y aplicando una técnica.

Osensei:  En Aikido no existe ningún ataque. Atacar significa que nuestro espíritu ya ha perdido. Nosotros adherimos al principio de absoluta no-resistencia; es decir, que no nos oponemos al atacante. Por lo cual, no existe el rival en Aikido. La victoria en Aikido es masakatsu y agatsu, ya que armonizando con todas la cosas en concordancia con nuestra misión celestial, se posee una fuerza absoluta.

B: ¿Eso significa “ō no sen”? (También llamado “go no sen”. Este término se refiere a una última respuesta a un ataque.)

Osensei: No, en absoluto. No es una cuestión de sensen no sen o sen no sen. Si tuviese que tratar de explicarlo con palabras, diría que Ud. controla a su oponente sin intentar controlarlo. Ese es el estado de victoria permanente. No es una cuestión de ganar o perder contra alguien. En este sentido, no hay oponente en Aikido. Aún teniendo un oponente, él se convierte en parte de Ud. mismo, una pareja que únicamente Ud. controla.

B: ¿Cuántas técnicas existen en Aikido?

Osensei: Hay cerca de 3.000 técnicas básicas, y cada una de ellas tiene 16 variaciones; por lo tanto, hay muchos miles. Dependiendo de la situación, se crean nuevas técnicas.


 A: ¿Cuándo empezó a estudiar las artes marciales?

Osensei: A los 14 o 15 años. Primero aprendí Tenjin Shin’yō-ryū Jujutsu con Tozawa Tokusaburo Sensei, luego Kitō-ryū, Yagyū Shingan-ryū, Aioi-ryū, Shinkage-ryū; todas ellas son formas de Jujutsu. Sin embargo, yo creía que podría haber una verdadera forma de Budo en alguna parte. Probé Hōzōin-ryū Sōjutsu y Kendo. Pero todas estas artes corresponden a formas de combate de uno contra uno y no pudieron satisfacerme. Entonces visité muchos lugares del país buscando el Camino y entrenando, pero todo fue en vano.

A: ¿Es ese el entrenamiento ascético del guerrero?

Osensei: Sí, la búsqueda del verdadero Budo. Cuando yo solía ir a otras escuelas nunca desafiaba al Sensei del dojo. El que tiene la responsabilidad de estar a cargo de un dojo debe afrontar muchas cosas, por lo que le es muy difícil mostrar su verdadera habilidad. Yo le brindaba el apropiado respeto y aprendía de él. Si me consideraba a mí mismo superior, nuevamente le transmitía mi respeto y volvía a mi casa.

B: ¿Entonces Ud no aprendió Aikido desde el principio? ¿Cuándo empezó el Aikido cómo tal?

Osensei: Como dije antes, fui a muchos lugares a buscar el verdadero Budo. Cuando tenía cerca de 30 años de edad, me establecí en Hokkaidō. En una ocasión, mientras me alojaba en Hisada Inn, Engaru, en la provincia de Kitami, conocí a Takeda Sōkaku, miembro del clan Aizu. Él enseñaba Daitō-ryū jujutsu. Durante los 30 días que estuve aprendiendo con él, sentí algo como una especie de inspiración. Luego, invité a este maestro a mi casa y, junto con 15 ó 16 de mis empleados, me dediqué a estudiar la esencia del Budo.

B: ¿Descubrió el Aikido mientras aprendía Daitō-ryū con Takeda Sōkaku?

Osensei: No, sería más exacto decir que Takeda Sōkaku abrió mis ojos hacia el Budo.

A: ¿Entonces hubo alguna circunstancia especial alrededor de su descubrimiento del Aikido?

Osensei: Sí, ocurrió de la siguiente forma. Mi padre se enfermó gravemente en 1918. Yo le pedí a Takeda Sensei permiso para partir y emprendí el viaje a mi hogar paterno. En el camino a casa, alguien me dijo que si uno iba a Ayabe (cerca de Kyoto) y dedicaba una plegaria, cualquier enfermedad sería curada. Entonces, fui allí y lo conocí a Deguchi Onisaburo. Más tarde, cuando llegué a mi casa, mi padre ya había fallecido. A pesar que había estado con Deguchi sólo una vez, decidí mudarme a Ayabe con mi familia y terminé quedándome hasta el final del período de Taisho (alrededor de 1925). Sí, en aquella época tenía alrededor de 40 años. Un día, yo me estaba secando al lado del aljibe y, súbitamente, una cascada destellante de un brillo dorado y cegador bajó del cielo, envolviendo mi cuerpo que inmediatamente comenzó a hacerse más y más grande, alcanzando el tamaño del universo entero. Mientras aún estaba abrumado por esta experiencia, de repente me di cuenta de que uno no debería pensar en ganar. La forma del Budo tiene que ser el amor. Aikido es eso, y esta es la antigua forma de la postura en Kenjutsu. Después de esta revelación, yo estaba en un estado de felicidad suprema y no pude reprimir las lágrimas.¹

B: Entonces, en el Budo, no es bueno ser fuerte. Ya que desde tiempo remoto se ha enseñado la unificación de “Ken” y “Zen”. Más aún, la esencia del Budo no puede ser comprendida sin vaciar la mente. En ese estado, lo correcto o lo incorrecto no tienen significado.

Osensei: Como ya lo he dicho antes, la esencia del Budo es el Camino de masakatsu y agatsu.

B: Escuché una historia en la que Ud. se vio envuelto en un combate con unos 150 individuos.

Osensei: ¿Sí? Como yo lo recuerdo, Deguchi Sensei fue a Mongolia en 1924 con el propósito de lograr su meta de una gran comunidad asiática en línea con la política nacional. A su pedido, yo lo acompañaba, aún habiendo sido llamado a entrar al Ejército Nacional. Nosotros viajábamos a través de Mongolia y Manchuria. En este último territorio nos topamos con un grupo de bandidos a caballo que comenzaron a dispararnos con armas de fuego. Yo devolví los disparos con un Máuser. Mientras corría al galope hacia ellos, me metí en medio del grupo atacándolos intensamente y se dispersaron. Así logré escapar de ese peligro.

A: Sensei, entiendo que Ud. tiene numerosas conexiones con Manchuria. ¿Permaneció mucho tiempo allí?

Osensei: Desde aquel incidente he estado en Manchuria bastante seguido. Yo era un asesor en artes marciales para la organización Shimbuden y la Universidad Kenkyoku, razón por la cual era bien recibido.

B: Hino Ashihei escribió una historia llamada “Oja no Za”, en Shosetsu Shincho, en la cual se refiere al período de juventud de Tenryū Saburō, rebelde del mundo del Sumo, y su encuentro con el arte marcial del Aikido y su verdadero espíritu. ¿Estuvo Ud. involucrado en esa historia, Sensei?

Osensei: Sí.

B: ¿Entonces, eso significa que estuvo relacionado con Tenryū por algún tiempo?

Osensei: Sí. Él estuvo en mi casa por cerca de tres meses.

B: ¿Fue en Manchuria?

Osensei: Sí. Lo conocí cuando estábamos haciendo la gira por la celebración del décimo aniversario de la constitución del gobierno de Manchuria. En el festival había un hombre muy apuesto al que mucha gente señalaba con comentarios tales como: “Este Sensei tiene una fuerza tremenda, ¿qué tal si Ud. se mide contra él?” Yo le pregunté a alguien que estaba a mi lado quién era esta persona, y me explicó que él era el famoso Tenryū que se había retirado de la Asociación de Luchadores de Sumo. Entonces me lo presentaron. Finalmente, terminamos confrontando fuerzas. Yo me senté y le dije a Tenryū: “Por favor, empújeme. Empuje fuerte, no hay necesidad de contenerse”. Como yo conocía el secreto del Aikido, no me pudo mover un centímetro. Tenryū parecía muy sorprendido. Como resultado de esa experiencia, se convirtió en un alumno de Aikido. Él era un buen hombre.

B: Sensei, ¿Ud. estuvo también asociado con la Marina Nacional?

Osensei: Sí, por bastante tiempo. Comencé en 1927 o 1928. Por un período de alrededor 10 años fui profesor part-time en la Academia Naval.

B: ¿Entrenó soldados en la época en que Ud. estaba enseñando en la Academia Naval?

Osensei: He enseñado para los militares con bastante frecuencia, comenzando con la Academia Naval alrededor de 1927-28. Alrededor de 1932 o 1931, inicié una clase de artes marciales para el Ejército en la Escuela Toyama. En 1941-42 enseñé Aikido a los alumnos de la Academia de la Policía Militar. En otra ocasión, también di una exhibición de Aikido invitado por el General Toshie Maeda, Superintendente de la Academia Militar.

B: Mientras estuvo enseñando a los soldados, debe haber habido unos cuantos tipos rudos y algunas historias.

Osensei: Sí, una vez yo fui emboscado.

B: ¿Eso fue porque ellos consideraban que Ud., como maestro, les exigía demasiado?

Osensei: No, no fue eso. Fue para probar mi fuerza. Era la época en que empecé a enseñar Aikido a la policía militar. Una tarde, mientras iba caminando por los campos de entrenamiento, sentí que algo extraño estaba ocurriendo, como algo que se estaba gestando. Súbitamente, de atrás de los arbustos y de los bajos del terreno, de todas direcciones aparecieron soldados que me rodearon. Luego, ellos comenzaron a atacarme con espadas y rifles de madera. Pero como yo estaba acostumbrado a esa clase de cosas, no me preocupé en absoluto. Cada vez que trataban de golpearme yo giraba mi cuerpo para uno y otro lado y ellos caían fácilmente adonde yo los dirigía. Al final todos terminaron exhaustos. En última instancia, el mundo está lleno de sorpresas. El otro día me encontré con uno de los hombres que me atacaron. Yo soy asesor de la Policía Militar de la Prefectura de Wakayama. Durante un reciente encuentro, uno de los asistentes me reconoció y se me acercó con una amplia sonrisa. Después de conversar unos minutos, yo recordé que era uno de los que me había atacado aquel día muchos años atrás. Mientras se rascaba la cabeza, me relató lo siguiente: “Yo estoy muy apenado por aquel incidente. Ese día nosotros estuvimos hablando del nuevo profesor de Aikido, si era o no realmente fuerte. Un grupo de nosotros, del tipo policía militar de sangre caliente, seguimos discutiéndolo y decidimos probar al nuevo maestro. Unos 30 hombres acechamos esperándolo. Luego quedamos completamente asombrados de que 30 hombres decididos no pudimos hacer nada contra su fuerza.”

A: ¿Hubo algunos episodios cuando Ud. estaba en la escuela Toyama?

Osensei: ¿Competencias de fuerza? Creo que hubo un incidente antes del episodio con la Policía Militar. Varios capitanes que eran instructores en la escuela Toyama me invitaron a probar mi fuerza contra ellos. Ellos estaban orgullosos de sus habilidades y decían cosas como: “Yo levanté tal y tal peso” o “Yo quebré un tronco de un diámetro de tantas pulgadas”. Les expliqué: yo no tengo una fuerza como la de Uds., aunque puedo tirar gente como Uds. sólo con mi dedo meñique. Pero me daría pena si los derribo; entonces, hagamos lo siguiente: extendí mi brazo derecho y apoyé mi dedo índice en el borde de un escritorio invitándolos a cargar su peso apoyando su abdomen sobre mi brazo. Uno, dos, tres oficiales se subieron a mi brazo, y todos abrían los ojos de par en par. Continuamos hasta que seis hombres yacían sobre mi brazo, y entonces le pedí un vaso de agua al oficial que estaba más cerca de mí. Mientras yo bebía el agua con mi mano izquierda todos intercambiaban miradas en silencio.

B: Aparte del Aikido, Ud. debe tener una fuerza física tremenda…

Osensei: No realmente.

Kisshomaru Ueshiba: Por supuesto que él tiene fuerza, pero debería describirse como el poder del Ki más que como fuerza física. Tiempo atrás, cuando nos estábamos mudando a un nuevo lugar en el país, vimos siete u ocho campesinos tratando en vano de levantar un enorme raigón de un árbol. Mi padre estuvo un momento mirando y les dijo que se apartaran, que él haría un intento. Luego levantó el tronco fácilmente y lo corrió del camino. Es totalmente inconcebible hacer eso sólo con fuerza física. También hubo una historia que involucró a un tal Mihamanada.

B: ¿Se trata del mismo Mihamanada² de la Asociación de Sumo Takasago Beya?

Osensei: Sí. Él era de la provincia de Kishu. Cuando yo estaba en Shingu, Wakayama, Mihamanada era un luchador de Sumo altamente calificado. Él tenía una fuerza tremenda y podía levantar hasta tres vigas que pesaban cientos de kilos. Cuando me enteré que Mihamanada estaba en el pueblo, lo invité a mi casa. Mientras hablábamos, Mihamanada dijo: “Yo también he oído que Ud., Sensei, posee una gran fuerza. ¿Qué le parece si probamos nuestras fuerzas?” “Muy bien. Yo puedo inmovilizarlo con mi dedo índice únicamente”, le respondí. Entonces le permití empujarme mientras me hallaba sentado. Este individuo, capaz de levantar un enorme peso, resopló y protestó pero no logró moverme. Después de lo cual, yo redirigí su fuerza lejos de mí y salió proyectado. Como cayó, lo presioné con mi dedo índice manteniéndolo totalmente inmovilizado. Era como si un adulto inmovilizara a un bebé. Luego le sugerí que tratara de nuevo pero empujando contra mi frente. Tampoco pudo moverme en absoluto. Entonces extendí mis piernas hacia adelante y, balanceándome, las levanté por encima del piso y le hice empujarme. Ni así pudo moverme. Él estaba sorprendido y comenzó a estudiar Aikido.

A: Cuando Ud. dice que inmoviliza a una persona con un solo dedo, ¿lo está empujando en un punto vital?

Osensei: Yo trazo un círculo a su alrededor. Su fuerza está contenida dentro de ese círculo. No importa lo fuerte que sea ese hombre, él no puede extender su poder fuera de ese círculo. Se queda sin poder alguno. Así, si Ud. inmoviliza a su oponente mientras se halle fuera de su círculo, puede sostenerlo con su dedo índice o su dedo meñique. Eso es posible porque su oponente ya se ha quedado sin ninguna fuerza.

B: Una vez más, es una cuestión de física. En Judo también, cuando uno proyecta o inmoviliza a un oponente, Ud. se ubica en la misma posición. Uno se mueve de varias maneras y trata de ubicar a su oponente en una posición determinada.

A: ¿Su esposa es también de la Prefectura de Wakayama?

Osensei: Sí, su apellido paterno en Wakayama era Takeda.

A: La familia Takeda está muy asociada a las artes marciales.

Osensei: Se podría decir eso. Mi familia ha sido leal a la Casa Imperial por muchas generaciones. Y hemos sido totalmente entusiastas en nuestro apoyo. Por cierto, mis ancestros abandonaron propiedades y fortuna poniéndose al servicio de la Familia Imperial.

B: Sensei: dado que Ud. se ha estado mudando a distintos lugares desde la época en que era joven, eso debe de haber sido difícil para su esposa.

Osensei: Como yo estaba muy ocupado, no tenía mucho tiempo libre para estar en mi casa.


 Kissshomaru Ueshiba: Como la familia de mi padre era bastante rica, él pudo dedicarse al Budo shugyō (entrenamiento ascético en artes marciales). Y otra cosa, una de las características de mi padre es que a él no le preocupa mucho el dinero. En una ocasión, ocurrió la siguiente historia. Cuando mi padre se estableció en Tokyo en 1926, su segunda vez en la capital a la cual llegó primero él solo y luego fue seguido por la familia, que viajó desde Tanabe en 1927, nos mudamos a un lugar llamado Sarumachi, Shibashirogane, en Tokyo. Alquilamos en ese sitio con la ayuda de Kiyoshi Yamamoto, uno de los hijos del General Gambei Yamamoto. En aquella época, mi padre era dueño de grandes campos en los alrededores de Tanabe; parcelas sembradas, otras sin cultivar y también terrenos montañosos. Sin embargo, tenía poco dinero en efectivo. Él tenía que pedir dinero prestado para salir adelante. A pesar de eso, nunca se le ocurrió vender ningún terreno. No solo eso, muchas veces, cuando sus alumnos le ofrecían ayuda económica, él respondía: “Yo no quiero esta clase de cosas”. Él les decía que lo ofrecería a los Kami-sama (dioses) y nunca aceptaría dinero directamente. Y cuando tuviese necesidad de dinero, se presentaría humildemente frente al altar de los Kami-sama y recibiría regalos de los dioses. Nunca pensamos en obtener ganancias del Budo. El lugar de entrenamiento, en aquella época, era la sala de billar en la mansión Shimazu. Muchos dignatarios, incluyendo oficiales militares como el almirante Isamu Takeshita, así como muchos aristócratas, iban a practicar. El nombre que usábamos era Aikijujutsu o Ueshiba-Ryū Aikijutsu.

B: ¿Cuál es una adecuada edad para comenzar la práctica de Aikido?

Kissshomaru Ueshiba: Se puede empezar alrededor de los 7 u 8 años pero, idealmente, un entrenamiento estricto debería empezar a los 15 o 16. Desde el punto de vista físico, el cuerpo y la estructura ósea se hacen algo más fuertes a esa edad. Además, el Aikido contiene muchos aspectos espirituales (por supuesto que también ocurre esto con otras formas de Budo) y a esa edad recién uno comienza a adquirir una visión del mundo y de la naturaleza del Budo. En síntesis, yo diría que 15 o 16 años es una buena edad para comenzar el estudio de Aikido.

B: Comparado con el Judo, hay pocas ocasiones en que uno forcejea con su oponente en Aikido, dado que no se requiere mucha fuerza física. Además, se pueden manejar no sólo uno sino varios oponentes a la vez. Es realmente ideal como Budo. En ese aspecto, ¿hay también muchos tipos agresivos que se acerquen a estudiar Aikido?

Kissshomaru Ueshiba: Por supuesto, también se anota esa clase de individuos. Pero cuando este tipo de personas estudia Aikido con la intención de usarlo como un medio de combate, no perduran mucho. El Budo no es como bailar o mirar una película. Llueva o brille el sol, debemos practicar todos los días de nuestra vida para progresar. Aikido, en particular, es como un entrenamiento espiritual que se practica utilizando una forma de Budo. Nunca puede ser desarrollado como una herramienta por aquellos que lo usarían para pelear. Por otra parte, las personas que se inclinan hacia la violencia cambian de comportamiento cuando aprenden Aikido.

B: Entiendo. A través del entrenamiento constante, ellos dejan de actuar como rufianes.

Osensei: Como el Aikido no es un Bu (método marcial) de violencia sino más bien un arte marcial de amor, uno no se maneja violentamente. Se convierte al agresivo de una forma amable. Ellos no pueden seguir comportándose como rufianes por mucho tiempo.

B: Ya veo. No se trata de controlar violencia con violencia, sino de transformarla en amor.

A: ¿Qué es lo que enseña como los primeros fundamentos de Aikido? En Judo, uno aprende ukemi (caídas)…

Kissshomaru Ueshiba: Primero, los desplazamientos del cuerpo (taisabaki); luego, el flujo del Ki…

A: ¿Qué es el flujo del Ki?

Kissshomaru Ueshiba: En Aikido, entrenamos en forma constante para controlar el Ki del compañero por medio del libre movimiento de nuestro Ki, conduciendo al otro dentro de nuestro propio movimiento. Luego, practicamos cómo girar nuestro cuerpo. Hay que mover no sólo el torso sino también las piernas y los brazos, todo junto. Entonces, todo el cuerpo se desliza unificado.

B: Cuando uno observa las clases de Aikido, los practicantes parecen caer naturalmente. ¿Qué clase de práctica hacen para el ukemi?

Kissshomaru Ueshiba: Mientras que en el Judo se forcejea con el oponente, en Aikido casi siempre se mantiene una distancia. Eso hace posible una forma más libre de ukemi. En vez de caer con impacto como en Judo, hacemos caídas circulares, una forma muy natural de ukemi. Así, nosotros practicamos esos cuatro elementos con mucha dedicación.

B: Por lo tanto, Uds. practican tai no sabaki (movimientos del cuerpo), Ki no nagare (flujo del Ki), tai no tenkan ho (giros del cuerpo), ukemi y entonces comienzan a practicar técnicas. ¿Qué tipo de técnicas se enseñan primero?

Kissshomaru Ueshiba: Shiho nage, una técnica para arrojar a un atacante en muchas direcciones distintas. Esto se hace de la misma manera que en la técnica de la esgrima. Por supuesto, también usamos bokken. Como ya lo he dicho antes, en Aikido el atacante se transforma en parte de nuestro movimiento y podemos dirigirlo, libremente y a nuestra voluntad. Eso es lo que ocurre naturalmente cuando se practica con cualquier medio que se tenga disponible, como una vara o una espada de madera; estos se convierten en parte suya como si fueran su brazo o su pierna propios. Por lo tanto, en Aikido, lo que Ud. está sosteniendo deja de ser un mero objeto para convertirse en una extensión de su propio cuerpo.
Luego sigue Iriminage. En esta técnica, Ud. entra justo en el momento en que su oponente trata de golpearlo, y en ese instante hay dos o tres atemi. Por ejemplo, el oponente ataca al costado de su cara con su puño o el canto de la mano (tegatana). Utilizando la fuerza de su oponente, Ud. se corre hacia atrás, a la izquierda, mientras guía la mano derecha del atacante con ambas manos extendidas, siguiendo la dirección de su movimiento. Entonces, sosteniendo la mano del atacante la lleva hacia su cabeza en un movimiento circular. Luego, él cae, con la mano envolviendo su cabeza. Esto es también el flujo del Ki. Hay varias teorías sofisticadas sobre este punto. El atacante queda totalmente sin fuerza o, más bien, la fuerza del oponente es guiada en la dirección que Ud. quiera llevarla. Por lo cual, cuanto mayor es la fuerza que trae el que ataca, más fácil es para Ud. Por otra parte, si lucha con la fuerza de su oponente, nunca puede tener la esperanza de ganar contra una persona muy fuerte.

Osensei. En Aikido uno nunca va contra la fuerza del atacante. Cuando él ataca con un golpe o un corte con una espada, existe esencialmente una línea o un punto. Todo lo que hay que hacer es evitarlos.

Kissshomaru Ueshiba: Luego practicamos las siguientes técnicas: Ikkyo (en suwari waza) de un ataque en shomenuchi; Nikkyo, técnicas combinadas y de retención, y muchas más…

B: Aikido contiene muchos elementos espirituales. ¿Cuánto tiempo tomaría adquirir un conocimiento básico desde el inicio de la práctica?

Kissshomaru Ueshiba: Teniendo en cuenta que hay gente que tiene mayor o menor coordinación, no se puede dar una regla general, pero cuando alguien practica por unos tres meses comienza a tener una idea de lo que es Aikido. Si se llega a los seis meses, entonces va a continuar por tiempo indefinido. Aquellos que sólo tienen un interés superficial, lo dejarán antes de los tres meses.

B: Entiendo que va a haber exámenes para Shodan el 28 de este mes. ¿Cuántos cinturones negros hay actualmente?

Kissshomaru Ueshiba: El rango más alto es 8vo. dan, y hay 4 de ellos; también hay 6 séptimos danes. Primeros danes hay muchos pero, por supuesto, estas cifras sólo incluyen a aquellos que se han contactado con Honbu Dojo después de la guerra.

B: Entiendo también que hay mucha gente que practica Aikido en otros países.

Kissshomaru Ueshiba: Mr. Tohei ha visitado Hawaii y Estados Unidos con el propósito de enseñar Aikido. Hawaii es el lugar más popular para el Aikido; allá hay 1200 o 1300 practicantes. Este número, para Hawaii, sería equivalente a 70.000 u 80.000 Aikidokas en Tokyo. También hay algunos cinturones negros en Francia. Hay un francés que comenzó a estudiar Aikido después de lesionarse practicando Judo. Él quería experimentar el espíritu de Aikido pero no pudo lograr esto en Francia. Sintió que para buscar el verdadero espíritu del Aikido tenía que ir al lugar donde nació este arte y así explicó la razón por la cual vino a Japón. El embajador de Panamá también es un estudiante de Aikido, pero parece que el clima de Japón es muy frío para él y no practica en invierno. Hay una mujer llamada Onada Haru que fue a Roma a estudiar escultura, estuvo viniendo al dojo desde que era alumna de la Escuela de Arte de Tokyo. Hace poco recibí una carta de ella en la que me contaba que encontró un italiano que practica Aikido y la trata muy bien.


 A: ¿Y con respecto a la interpretación de las técnicas de Aikido?

Osensei: Los puntos esenciales son masakatsu, agatsu y katsuhayabi. Como ya lo he dicho antes, masakatsu significa “victoria correcta” y agatsu “triunfar de acuerdo con la misión celestial que se nos ha asignado”. Katsuhayabi significa “el estado mental de rápida victoria”.

A: El Camino es largo, ¿verdad?

Osensei: El Camino del Aiki es infinito. Yo tengo 76 años ahora, pero aún continúo mi búsqueda. No es tarea fácil enseñar el Camino en el Budo o las artes. En Aikido se debe comprender cada fenómeno del universo. Por ejemplo, la rotación de la Tierra y el más intrincado y lejano sistema del universo. Es un entrenamiento para toda la vida.

B: Si Aiki son las enseñanzas de Kami (Dios) tanto como el camino marcial, entonces, ¿qué es el espíritu del Aikido?

Osensei: Aikido es Ai (amor). Uno desarrolla en su corazón este gran amor por el universo y entonces debe tomar como su propia misión la protección y el amor por todas las cosas. Para cumplir esta misión tiene que estar en el verdadero Budo. Verdadero Budo significa triunfar sobre nuestro ego y eliminar del corazón la hostilidad hacia el enemigo. Es una forma de auto-perfeccionamiento por la cual el concepto de enemigo es eliminado. La técnica de Aiki es entrenamiento ascético y un camino a través del cual se llega a un estado de unificación de cuerpo y espíritu por la realización del principio celestial.

B: Entonces, ¿Aiki es el camino hacia la paz mundial?

Osensei: La meta última del Aiki es la creación de un paraíso en la tierra. En cualquier caso, el mundo entero debería estar en armonía. Entonces no tendremos necesidad de bombas atómicas y de hidrógeno. El mundo puede ser confortable y agradable.


¹ En el libro “Paz Abundante. La biografía de Morihei Ueshiba, fundador del Aikido” (John Stevens – 1987 – versión española de 1998, publicada por Editorial Kairós) se narra el episodio de la revelación de Osensei como sigue: “En la primavera de 1925, Morihei, a los cuarenta y dos años, fue transformado por una visión divina. Con los años, Morihei dio diversas versiones del suceso, y al hacerse mayor parece ser que poco a poco fue integrando en uno solo algunos de esos incidentes hasta que formó esta versión final:
Un día, un oficial de la marina que visitaba Ayabe retó a Morihei a un combate de kendo. Morihei aceptó, pero desarmado. Naturalmente, el oficial, un esgrimista de alto nivel, se ofendió por aquel insulto a su habilidad y se lanzó furiosamente sobre Morihei. Este esquivó con facilidad sus repetidos ataques y fintas. Cuando, al fin, el exhausto oficial se dio por vencido, le preguntó por su secreto.
-En el momento en que ibas a atacarme, un rayo de luz brillaba ante mis ojos, revelándome la dirección del ataque –le respondió Morihei.
Después de la lucha, Morihei salió al jardín para lavarse el sudor de la cara y las manos con agua del pozo. De repente, comenzó a temblar y se sintió inmovilizado. La tierra empezó a temblar bajo sus pies y quedó bañado por rayos de pura luz que descendían del cielo. Una niebla dorada sumergió su cuerpo, desvaneciendo su pobre concepto de sí mismo, y tomó la forma de un Ser Dorado. Percibió la estructura interna del cosmos y, más tarde, percibió: “¡Yo soy el Universo!”. Las barreras entre el mundo material, el oculto y el divino desaparecieron, y al momento Morihei vio que el corazón del budo no era la contención sino el amor que ayuda y protege todas las cosas.
Esta experiencia abrumadora estaba claramente relacionada con sus creencias de la Ōmoto-kyō; la “unificación con lo Divino” era un pilar central de su fe y Morihei estaba expresando su tremenda transformación con el único lenguaje que sabía. No importa que tomemos las palabras de Morihei en su sentido más “racional” para explicar su iluminación como el resultado de un esfuerzo supremo, una fuerza sobrehumana o una capacidad natural: a partir de entonces, Morihei fue sin duda otro hombre. Su sexto sentido de anticipación estaba totalmente desarrollado, y ahora era invencible como maestro en artes marciales.
² En la traducción al inglés se afirma que este rikishi (sumoka profesional) se llamaba “Mihamahiro”; sin embargo, no hay datos que indiquen la veracidad de ello. Pudo haber sido producto de una transcripción errónea de los kanjis del shikona (apodo/nombre de ring o guerra). Todo indicaría, según fechas y datos históricos del Sumo, que se llamaba “Mihamanada”, proveniente de la Prefectura de Mie, y que sí pertenecía a la Takasago Beya.

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